En la consulta insistimos mucho en la importancia de realizar la primera revisión de ortodoncia entorno a los 6 años de edad. Muchos padres no entienden por qué es necesario si su hijo “solo dientes de leche”.
Los motivos son varios.
El primero de ellos es controlar el correcto crecimiento de los maxilares tanto en el plano transversal como en el plano anteroposterior ya que, a esta temprana edad, la corrección de estos problemas es muy sencilla y evita graves alteraciones en la adolescencia. Además, un desarrollo armónico del complejo maxilofacial también favorece la correcta erupción de los dientes definitivos.
Por otro lado, es necesario comprobar la erupción de los primeros molares permanente. Estos dientes erupcionan sin exfoliar a otro diente leche, y son de vital importancia en el tipo de oclusión (mordida) que desarrollará el niño en el futuro.
También es importante comprobar mediante radiografia que el paciente tiene todos los dientes definitivos, que no existen dientes de más (llamados dientes supernumerarios), ni dientes “de menos” (llamados “agenesias”).
Aquellos pacientes que no presenten ninguna alteración, simplemente será necesario hacerle revisiones anuales para controlar de cerca que esta situación se mantiene.
En ocasiones, observamos un fenómeno que denominamos “reabsorción atípica”. Este se produce cuando el diente permanente no reabsorbe ambas raíces en el caso de los molares temporales o cuando reabsorbe de forma irregular la raíz de los incisivos y caninos. Esta alteración de la erupcion se diagnostica mediante una radiografia panorámica. En caso de no descubrir dicho hallazgo, el diente de leche nunca se recambiara pudiendo ocasionar dolor al niño. Además, se alterará el patrón normal de erupcion pudiendo provocar que el diente no erupcione (inlcusion dentaria)(, lo haga muy inclinado o incluso aparezcan quistes odontogenos. r
Os presentamos el caso de una paciente de 10 años donde fue necesaria la extracción de ambos molares temporales inferiores. Mediante la radiografia, claramente, obsevamos que las raíces mesiales de ambos molares no se estaban reabsorbiendo. Al realizar la extracción confirmamos dicho hallazgo. En la fotografía se observa perfectamente la alteración en la reabsorción de sus raíces.
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